02 Sep LA EPIDEMIA DE LOS FRENILLOS
Una intervención muy normalizada pero sin evidencia científica
Con este artículo queremos difundir un relato que escuchamos en consulta mucho más de lo que sería deseable, los bebés y las familias necesitan más respeto y evidencia en este tema, los CIRCUITOS DE LACTANCIA deberíamos ser revisados y mejorados.
«Nace mi bebé y mi pecho empieza a estar mal en las primeras 24 horas de vida del bebé. Mi bebé no se agarra bien y me hace mucho daño, incluso heridas en el pezón…antes del alta el pediatra del hospital me dice que seguramente tiene frenillo. Los próximos días mi pecho sigue mal y el CIRCUITO de ayuda a la lactancia que me atiende me recomienda un especialista en frenillos. Antes de la 3a semana con un diagnóstico de un tipo de frenillo específico el especialista corta el frenillo. En la visita de revisión los síntomas en el pecho persisten porque, según el especialista, la lengua del bebé ha cicatrizado mal y se ha pegado de nuevo, y el frenillo se corta por segunda vez. Ya estamos en el mes y medio de vida pero mi pecho aunque mucho mejor que al inicio sigue molestando y la lactancia sigue siendo dolorosa, es entonces cuando me recomiendan que hay que empezar a hacer recuperación«.
Un 75% de las visitas que realizamos son parecidas a este relato, nuestra reflexión es que cuando una intervención sanitaria hace que no se mejoren los síntomas en un porcentage elevado es que algo hay que revisar.
En los años 80, se normalizaba que en el 90 % de los partos se realizase una episiotomía, en la actualidad la evidencia NO JUSTIFICA el corte sistemático del periné. Hoy día, la práctica sistemática del corte del frenillo sublingual en los bebés con problemas de lactancia también es INJUSTIFICADA.
NUESTRA OPINIÓN
Diagnosticar a casi todos los bebés que tienen problemas de lactancia con un tipo de frenillo es poner una etiqueta a un problema en que en el 90 % de los casos NO es real.
Todos los bebés nacen con frenillo, porque la lengua es un músculo que necesita del frenillo sublingual, es una estructura que forma parte de ella.
El frenillo al igual que muchos sistemas del cuerpo necesita su tiempo para adquirir funcionalidad, y necesita que todas las estructuras con las que se relaciona funcionen como deben para que la succión-deglución sea coordinada, organizada y fluida.
En Osteopatía maternoinfantil cada día vistamos casos donde el diagnóstico no se ajusta a la realidad, donde la etiqueta de anquiloglosia es completamente errónea, el gran problema es el mal diagnóstico
En muchas ocasiones ya se ha cortado el frenillo y los problemas siguen existiendo sin cambio evidente en la sintomatología.
En otras ocasiones las madres deciden probar otras alternativas antes de tomar la decisión de un tratamiento invasivo como es cortar el frenillo.
LOS BEBÉS NECESITAN AYUDA DE OTRO TIPO
PRINCIPIOS DE TRATAMIENTO EN LACTANCIA
La Osteopatía ayuda al bebé a conseguir una mejor funcionalidad ya que todos los bebés nacen para mamar, sus lenguas, sus bocas, sus mandíbulas saben hacerlo y están prepadas para ello.
Nuestro objetivo es ayudarle a conseguirlo de una manera menos agresiva, más conservadora, funcional y respetuosa.
El enfoque multifactorial de la lactancia no debería simplificarse al frenillo sublingual. El pecho y el estado post-parto de la madre, la mandíbula del bebé, su cuello, sus clavículas, su cara, su cráneo, su estado de alerta y fatiga… todo ello influirá sin excepción alguna en la función orofacial y presión intraoral que sea capaz de ejercer para realizar una succión-deglución efectiva y coordinada.
En Osteopatía maternoinfantil tratamos a bebés con problemas de lactancia con frenillos cortados y sin cambio después del corte, otros diagnosticados de anquiloglosia que los padres han decidido no cortar; ambos grupos mejoran con un abordaje manual conservador y multifactorial.
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